Las chapas de acero inoxidable son de bajo mantenimiento, pero requieren el cuidado adecuado para mantener su apariencia y funcionalidad. La limpieza regular con soluciones neutras en pH evita manchas en superficies cepilladas o pulidas, mientras que los limpiadores abrasivos dañan las capas protectoras de óxido. Para entornos severos (por ejemplo, plantas químicas), las chapas 316L o 310S ofrecen una mayor resistencia, pero las inspecciones rutinarias siguen siendo críticas para detectar signos tempranos de corrosión por pitting o corrosión por tensión. Aprenda cómo eliminar marcas de soldadura, prevenir la corrosión galvánica al combinar con otros metales y aplicar películas protectivas en áreas de alto tráfico. Nuestra guía de mantenimiento cubre las mejores prácticas para aplicaciones industriales, de cocina y al aire libre, asegurando que sus chapas permanezcan duraderas y visualmente atractivas durante décadas.