Las chapas de acero, ya sean de acero al carbono, galvanizadas o de Corten, requieren el cuidado adecuado para maximizar su vida útil. Para las chapas galvanizadas o de zinc en techos, inspecciones regulares en busca de rayones o daños en la capa son críticas para prevenir el óxido. Las chapas de acero Corten desarrollan una patina protectora con el tiempo, pero un drenaje inadecuado puede acelerar la corrosión. Los aleaciones de Inconel como la 625 resisten temperaturas extremas pero pueden necesitar limpieza periódica para eliminar residuos industriales. Pasos simples—aplicar recubrimientos protectores, asegurar una ventilación adecuada y evitar el contacto con metales disimilares—pueden prevenir la degradación. El mantenimiento proactivo no solo reduce los costos de reemplazo, sino que también asegura el cumplimiento con los estándares de seguridad, lo que es esencial para industrias que dependen de la integridad estructural.